lunes, 26 de noviembre de 2012

La sanidad no es un negocio

Hoy sólo quiero sumarme a la huelga madrileña de la sanidad pública. Por desgracia la sanidad sí es cada vez más un negocio, y me alegra mucho saber, y haber visto hoy con mis propios ojos, cómo los profesionales de la salud se rebelan ante esto. 

Reproduzco a continuación un texto de la AFEM (Asociación de Facultativos Especialistas de Madrid) que me ha gustado bastante. Esta asociación ha convocado una huelga indefinida (¡con dos cojones!) de lunes a jueves en todos los centros de Madrid (supongo que concretamente en hospitales y centros de especialidades, que alguien me saque de mi error si no es así). Esta huelga indefinida se lleva a cabo además de la huelga de cuatro días convocada por todos los sindicatos. Por lo visto uno de los sindicatos mayoritarios de la Comunidad, Amyts, ya se ha sumado también a la propuesta de AFEM.

Este jueves tengo los análisis del tercer trimestre de mi embarazo, y un par de semanas después la visita al gine para resultados y eco. Ya os contaré.

Vivimos tiempos difíciles, tiempos de crisis, tiempos de cambios. Son estos momentos los que hacen la historia, los que representan la oportunidad para cambiar las cosas, pero también los momentos en los que decidimos qué queremos dejarles de herencia a las futuras generaciones. Son ellos, nuestros hijos, los futuros médicos y profesionales de la sanidad, los pacientes, los que verdaderamente juzgarán lo que hagamos o dejemos de hacer esta semana, nuestra unión, nuestra fuerza, nuestras convicciones... Si fallamos, no podremos explicar por qué un día tuvimos la oportunidad, el coraje, la razón, para pararlo y no hicimos nada.
Durante años nuestro esfuerzo diario ha hecho de éste uno de los sistemas sanitarios mejores del mundo. Durante años hemos volcado toda nuestra motivación, nuestros estudios y gran parte de nuestra vida, para mejorar el sistema sanitario, para ofrecer una atención excelente, para llegar al paciente más allá de lo que los medios que teníamos nos permitían. Durante años hemos visto como políticos que nunca habían trabajado con pacientes, tomaban decisiones equivocadas, burocratizaban el sistema y dificultaban nuestra labor, alejándonos de cualquier capacidad de decisión en la gestión y organización de nuestro trabajo.
Ahora, usando como pretexto una crisis de la cual ellos mismos son responsables, pretenden encontrar una solución mágica, que no es preciso consensuar con nadie, que ha sido rechazada por el Colegio de Médicos de Madrid y por todos los Colegios Médicos de España, por las Sociedades Médicas, por los Jefes de Servicio, por los Coordinadores de los planes estratégicos y por las Asociaciones Profesionales y Sindicatos.
Hoy, todos juntos decimos ¡Basta!. Si es preciso encontrar soluciones urgentes, no es menos cierto que estas soluciones deben ir dirigidas a mejorar las ineficiencias del sistema, fortalecerlo para que sea capaz de resistir el embate de esta tremenda crisis. Somos los profesionales de la Sanidad los que tenemos los conocimientos y la capacidad para conseguirlo. Pero deben permitirnos luchar para salvar el Sistema Sanitario, deben volver a considerar que no es posible hacer Medicina sin contar con los médicos, que sólo contando con la colaboración y la motivación de todos podremos hacer que este sistema sea sostenible.
Por ello, hacer huelga, movilizarnos, protestar, es nuestra forma de decir que de esta crisis tendremos que salir todos juntos. Que es preciso contar con todos, y salir remando todos contra el viento. Luchar por el sistema sanitario que es nuestra obra, la obra de nuestras vidas, que pertenece a todos los madrileños por igual. Queremos luchar por él y estamos dispuestos a hacer los sacrificios necesarios para mejorarlo, para salvarlo y para poder legárselo a nuestros hijos.
Hoy, tenéis que levantaros con el convencimiento de poder decirle a las futuras generaciones con orgullo: Yo hice aquella huelga, yo paré la sinrazón, ahora tenéis un sistema sanitario público, excelente y sostenible gracias a lo que hicimos aquellos días.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Mi niño

Después de mi última entrada os debía algo un poco más alegre. Voy a intentarlo, !que no se diga! 

Empiezo por la visita a la pediatra. Todo bien, nos dejó bastante tranquilos. Vamos a olvidarnos de momento de hipotéticos problemas y trastornos varios y vamos a asumir que Leo es un cabezota, pelín vaguete, con un poco de mala leche y... ¡ya está!, como diría él. 

Su malestar de estómago ha desaparecido (gracias en parte a unos maravillosos probióticos, Lactoflora) y ha aparecido un hambre atroz. No está más de dos horas sin pedir comida, ¡y eso ya es mucho!

Está avanzando bastante con el lenguaje, poco a poco va ampliando vocabulario y repitiendo lo que decimos. Además habla mucho solo, "en su idioma". Ha aprendido a decir "másss", así con muchas eses al final, y lo utiliza sobretodo para pedir comida, jajaja. Le gusta decir "pato" como Pocoyo, y "Eli" también. Ya hace frases de 3 palabras aunque en plan indio, sin verbos ni preposiciones ni ná, esta misma noche, por ejemplo;  "papa teta no. Mamá sí".

Cada día es más risueño y alegre y se le da mejor poner cara de pillo. Y ayer durmió 9 horas y cuarto del tirón... ¡en la cama de su habitación! Eso sí, esta noche no ha podido ser. Ha accedido a acostarse allí pero no se dormía, no quería, hasta que le he preguntado y ha reconocido que quería irse a su cuna sidecar, pegada a nuestra cama. En fin, paciencia. Espero que para cuando nazca su hermana lo lleve mejor, y si no... pues ya veremos. 

Nos siguen preocupando muchas cosas; sus rabietas, su manía de tirar la comida al suelo, su timidez, su desinterés por otros niños... Pero hay que pensar también en lo despierto y listo que es, en lo cariñoso que se pone a veces (cuando quiere), en lo bien que lo pasamos juntos... El día a día es cansado y mi embarazo nos pasa factura, pero a veces nos olvidamos de que eso es "culpa" nuestra, no de él. Y mi agotamiento, mis dolores, mis hormonas, son las que hacen que tenga menos paciencia, menos ganas y lo vea todo más grave de lo que es.

Se va haciendo mayor, pero es muy pequeño aún... Sólo espero que no lo pase muy mal cuando nazca su hermana, que sepamos (sus padres) hacer frente a la situación y no cargarle a él con más responsabilidad de la que le corresponde. Leo es muy sensible... ¿y he dicho ya que muy cabezón? Y no se conforma fácilmente... 

¿Sobreviviremos? Yo tengo la corazonada de que sí, de que esto por encima de todo nos va a traer más felicidad, de que la pequeña Nora nos va a unir más aún si cabe y de que para Leo va  a ser genial. 

Sí, se llama Nora. :-)

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Momentos difíciles

Más de tres semanas sin escribir. Quiero al menos dar señales de vida y ordenar un poco mis ideas.

30 semanas de embarazo. Estoy menos cansada pero con bastantes dolores (hueso pélvico, lumbares, pinchazos en los glúteos...). En cuanto ando un poquito más de la cuenta (y la cuenta son muy pocos metros) empiezo casi a cojear. Tengo contracciones de Braxton Hicks cada dos por tres, cuando me muevo un poco, cuando me agacho y me levanto, incluso sin hacer nada, por las noches... Y son molestas. Con Leo tuve también, pero no tantas. Creo que influye no sólo el movimiento y la actividad física, sino en general el no relajarse, siempre con la cabeza en mil cosas... o más bien en una: Leo.Y además la nena se mueve que da gusto, ¡vaya terremoto que tengo por barriga!

Leo sigue preocupándonos. No he contado mucho por aquí, excepto algo sobre sus rabietas, pero no es lo único que nos tiene alertas. Hay cosillas que no nos cuadran y hemos decidido ir a la pediatra a ver si nos aclara algo o nos deriva a atención temprana. Me gustaría que nos sacaran de dudas sobre ciertos miedos que tenemos acerca del desarrollo de nuestro hijo.

Esto nos absorbe ahora mismo casi todas las energías, aparte de mi embarazo. Está siendo duro y nos sentimos solos. Estamos desbordados y me temo que un poco alejados el uno del otro. Mala racha para los dos que hace que no nos apoyemos todo lo que deberíamos. Echo de menos muchas cosas, pero sé que volverán. Volverán pronto. Nosotros podemos con todo.

Además, el peque lleva una semana casi malito, hace ya casi un par de horas ha vomitado y hemos tenido que cambiar toda la ropa de la cama, hasta el colchón se ha manchado. Nos ha llevado una hora arreglar el desastre. Leo duerme con su cuna adosada a nuestra cama y tanto una como otra estaban que daban pena (o asco, mejor dicho). Pobrecito, se ha puesto perdido y se ha asustado un poco. Nunca antes había vomitado, el jueves pasado fue la primera vez y ésta la segunda.

Espero poder contaros más cosas pronto, y buenas, que tambíén las hay. A ver si no pasan otras tres semanas. Os voy leyendo, no lo dudéis. ¡Besos... y buen día de huelga!