martes, 16 de abril de 2013

Nora tiene 3 meses

Hoy Nora ha cumplido tres meses. Está grande y preciosa. No sé cuánto pesa, pero en la revisión de los dos meses iba ya por los 5,200 kg. y medía 55,5 cm. Tiene la cara redonda, dos buenos mofletes y papada. Los ojos rasgados y un poco azules cada vez más grandes y las pestañas más largas. ¡Y las piernas rollizas que dan ganas de comérselas!

Sonríe y se ríe muchísimo. Por las mañanas se levanta de muy buen humor y está muy tranquila. Hace muchos ruiditos con vocales y consonantes: que si ga, que si agú, que si bo... Y pedorretas. Me encanta porque parece que quiere contestar cuando yo le hablo, intenta imitarme y hace con sus labios el ademán de empezar a hablar... !Nos echamos unas buenas conversaciones!

Le gusta mucho el baño, aunque no la bañamos todos los días sino 2 ó 3 a la semana. Duerme estupendamente por las noches, es increíble pero Leo se despierta más veces que ella. Cae sobre las 23:30 h. y a veces hasta las 8 o más tarde incluso no dice ni mú. Mama y sigue durmiendo hasta las 10:30 más o menos... ¡Un lujo! Eso sí, sus siestas diurnas son muy breves. Aunque en el fular aguanta muy bien cuando salimos.

La duermo a veces en el fular. Otras veces paseándola en bracitos (el padre o yo) o si no en la teta. La dejamos en el capazo, que tenemos en el salón, y cuando me voy a acostar me la llevo ya conmigo. Duerme en la cuna sidecar, aunque no sé cómo acaba atravesada en la cama a mi lado, con los brazos en cruz, tan plácida... Me encanta cuando la cojo y se encoge dormida, haciendo morritos y desperezándose, alzando los brazos.

Tiene gases y a veces está incómoda después de mamar. Traga más aire del que debería, aunque va mejorando. Por eso a veces llora hasta que consigue hacer caca. ¡Y se tira unos pedos increíbles!

Por suerte hace ya mucho que no tenemos que cambiarle el pañal por las noches, porque no se hace caca. ¡Eso sí, por el día se caga 800 veces! Seguimos con cacas verdes y con muchos mocos, pero no queremos preocuparnos mucho. A ver qué nos dicen en la revisión de los 4 meses.

A veces si tiene mucho sueño llora bastante, pero son unos pocos minutos hasta que cae frita. Lo mismo si le entra un ataque de hambre, ¡se pone a llorar de repente y me pilla por sorpresa!

Su hermano le da muchos besos, y ella le sonríe. Él juega con su hamaca mientras ella está tumbada. Qué maravilla lo de la hamaca, le sigue gustando y ayuda un montón que pueda estar ahí a ratitos. También me la he puesto ya en el fular a la espalda, pero sólo para estar en casa e ir probando.

Lo que más le gusta ahora es estar sentada en nuestras piernas, apoyando su espalda en nuestra barriga. Se queda super tranquila así. La mayoría del tiempo reclama nuestros brazos y nuestro contacto, como es natural. Y como buen bebé, el movimiento: pasillo arriba, pasillo abajo, pasillo arriba, pasillo abajo...

Y así es Nora, un encanto, una bolita, un amor que lo lame todo como un gatito. La calma y la paz. Es maravillosa.

domingo, 7 de abril de 2013

Sobreviviendo al día a día

A ver cómo resumo.

Creo que hemos mejorado. Ha habido cambios en las últimas dos semanas. Hemos decidido que Leo se vaya con los abuelos lunes, miércoles y viernes de 10:30 a 14 h. Por las tardes, los martes y jueves, los otros abuelos le llevan a una pequeteca (él va desde hace mucho, pero antes le llevaba yo, hasta que mi embarazo me impidió tirarme por el suelo con él) y vienen a recogerlo antes para estar con él. En total de 17 a 20 h.

Esto nos da fuerzas, aire, podemos tomar carrerilla. Además yo puedo estar dedicándome a Nora con más calma.

Eso sí, a pesar de este nuevo horario... ¡no tengo tiempo de nada! Nora me reclama, reclama mis brazos, mi teta... y a mí me encanta, pero no puedo escribir en el blog. Eso es algo para lo que necesito tiempo y las dos manos.

Paralelamente a esto, he empezado a reducir tomas de teta (a Leo, se entiende). No podía más, no puedo negarme a mí misma que la agitación del amamantamiento que sentía en mi embarazo no ha desaparecido del todo. Además, Leo aumentó su demanda tanto que yo empezaba a estar muy agobiada. Y no es momento para esto. Así que la teta se ha reducido a después de la siesta, antes de irse a la cama por la noche, y en los despertares. Sorprendentemente no lo lleva demasiado mal, o eso quiero creer. Hubo unos pocos berrinches pero enseguida lo asumió. Aunque creo que se está cobrando esas tomas por las noches; se despiera más y pide mucha teta. Nuestras noches se merecen un post aparte, pero eso de “en mi cama somos 4” no se cumple... Más bien sería un “en mi cama me acuesto con unos y me despierto con otros”.

Ya veremos si realmente Leo lo está llevando bien. Claramente las noches tienen que evolucionar, porque útimamente acabamos enfadados él y yo a las tantas de la madrugada. Además noto que me afectan mucho los despertares, algo que nunca me había pasado (y llevo casi dos años y medio de despertares nocturnos). Me cabreo y creo que es porque ya no me apetece tanto darle teta a Leo, siento que es el momento de Nora aunque sé que es posible darles a los dos (de hecho es lo que hago). Mi niño debe estar notando esto, bastante bien se lo toma.

Por otro lado, y aunque sigue con sus increíbles rabietas (otro post pendiente), no le veo mal. Está rebelde, está “gamberro” y un poco malote, pero también se ríe, se divierte, es el de siempre. Además yo puedo dedicarme bastante a él, a veces el padre se queda un rato con Nora y yo me voy con Leo a la calle, o jugamos en casa... Nora lo pone fácil porque es muy tranquila y aguanta ratitos en la hamaca.

Cuando nosotros estamos bien él está bien. Si estamos mal, cansados, hastiados... él empeora y nos lo pone más difícil.

Y yo... yo soy feliz de ver a mi pequeña tan sonriente, haciendo tantos gorgoritos, tan plácida ella y tan bonita. Y soy feliz de ver a Leo reir, con su risa y con sus ojos. De verle con ganas de jugar con nosotros, de oírle hablar y descubrir a los otros niños.

Pero también estoy pasando un momento muy duro. Para nosotros, como padres, está siendo difícil, cada uno está pasando su puerperio particular, supongo. En mi caso, me siento bastante sola, sola en mis ideas sobre la crianza; empiezo a tener dudas sobre cosas que antes ni me planteaba. Siento decepción, nostalgia de un tiempo mejor. Siento lejanía, siento que estoy rodeada de un muro. Supongo que son sentimientos comunes, aunque no compartidos. Estamos tan centrados en lo que nos está pasando, en Leo y en resolver nuestro día a día, que no podemos ser nada más, no podemos hacer nada más... No hay nada más, excepto desencuentros, que es peor.

Esto nos hará más fuertes, lo sé. Y también nos cambiará. Yo siento más que nunca desde que nació Leo que he cambiado, que sigo cambiando.

Nunca imaginé que esta etapa sería tan dura, estos “terribles dos” de Leo nos están dejando sin nervios, sin paciencia y sin ideas. Sé que mi niño es muy especial y quiero creer que lo que le pasa es normal, aunque no muy habitual, pero a veces las fuerzas flaquean. Y hay temas como la teta y la guardería, por ejemplo, que empiezan a retumbar en mi cabeza como nunca antes, y hoy por hoy no tengo ningún cómplice, mi cómplice particular está intentando también sobrevivir al día a día sin caer en el hoyo y quizá está llegando a conclusiones diferentes a las mías.

Pero a pesar de todo le adoro, a mi cómplice, a mi amor. Porque me hace ver las cosas de otro modo, y porque simplemente estoy loca por él... aunque ahora no tenga tiempo de demostrárselo. Pero ya viviremos nuestra segunda adolescencia. ;-)

Hoy quiero poneros una foto de mi niño en la calle, feliz. He pasado un rato estupendo con él, y como ese rato hay muchos, muchísimos, y eso lo compensa todo.

Otro día una de Nora. :-)

Feliz maternidad.