lunes, 9 de septiembre de 2013

Y llegó el día

Hoy ya es lunes. Desde hace 5 minutos. Hoy Leo empieza el colegio. Por primera vez en su vida, se separará de nosotros varias horas para estar con personas desconocidas. Bueno, concretamente mañana (digo, hoy) no, porque estará sólo 45 minutos. "Sólo"... Espero que para él la sensación sea realmente de que sólo va a estar 45 minutos, y no sea de que va a estar solo. En fin, dejémonos de juegos de palabras. La verdad es que mañana (¡digo, hoy!) voy a llevar a Leo al colegio y estoy un poquito acojonada... 

El jueves pasado tuvimos reunión con su profesora. Me cayó bien. Creo que será cariñosa y paciente. Espero. Nos preocupa un poco la cantidad de cosas que tendrá que hacer él solito. Sigue sin controlar esfínteres... aunque realmente lo que le sucede es que no quiere ir al water, prefiere hacérselo encima. Pero sabe cuándo tiene ganas de hacer pis, se aguanta y sabe como "echarlo fuera". Al menos eso creemos su padre y yo. La caca no, la caca tiene que ser en el pañal, pero también sabe aguantarse y no hay problemas de estreñimiento, así que por ese lado tranquilos. Bueno, según se acerca el momento de tranquila nada. ¡Si ni siquiera sabe quitarse la chaqueta él solo! Menos mal que aún no hace frío, y que mañana no entra temprano. En manga corta y listos.

Otra de las cosas que me dan miedo es cómo se las apañará para relacionarse con los otros niños. Le cuesta mucho, aunque desde hace unos meses también le atrae bastante, algo que antes no sucedía. Pero yo le veo torpe aún en ese aspecto, con pocos recursos, tímido y sin controlar demasiado los "códigos" sociales.

Le hemos ido hablando del colegio, de lo que va a hacer allí, de cómo será, le hemos explicado que nosotros no estaremos, que su profe le ayudará en todo... y de momento se lo toma bien, le hace un poco de ilusión, aunque no creo que sea muy consciente de lo que le espera.

Sólo pido que el camino hasta allí sea relajado. Está a unos 5-6 minutos a paso de adulto, vamos a ir andando y sin silla de paseo, ¡todo un reto! A ver si al menos para ir al cole consigo que deje la silla... 

Es crucial que llegue de buen humor hasta allí, y con Leo nunca se sabe qué puede hacerle saltar... Y su padre y yo (sobretodo yo) tendremos que tragarnos los nervios, que el listillo los caza al vuelo siempre. 

Ójala le guste. ¡Deseadle suerte!