Hace tiempo publiqué un
post al que llamé así. Nora no había nacido aún. Después de más
de 2 años algunas cosas han cambiado, otras no tanto...
Cuando me quedé
embarazada Leo tenía 19 meses. Se despertaba varias veces cada noche
y tomaba teta para volver a dormirse. Al avanzar el embarazo fui
perdiendo producción y Leo casi se destetó. Sólo mamaba para
dormirse al irse a la cama. En los despertares tomaba leche de vaca.
Ahora me parece tan surrealista que ni recuerdo cómo lo hicimos, o
cómo empezó a pedirlo él.
Queríamos pasarle a su
cuarto porque sabíamos que los 4 no podríamos dormir juntos. Leo
necesitaba mucho espacio en la cama, estaba muy acostumbrado a su
cuna-colecho, él nunca dormía entre nosotros, ni abrazado a mí. La
idea era intentarlo y estar abiertos a imprevistos. Nuestra cama iba
a estar disponible para él siempre.
El primer intento fue fallido. Lo dejamos estar. En el segundo, ya un poco más a la
desesperada, hubo llantos, ¡muchos! Sobretodo no por dormir en
otra camita, sino por que no le durmiera mamá. Pero en eso yo
no quería ceder. Era el papá el que tenía que estar con Leo hasta
que se durmiera, porque yo en breve iba a tener que estar con Nora
para lo mismo.
Después de un par de
noches llamándome desesperado (con el papá al lado, por supuesto),
empezó a asumirlo. Pero aún le costó mucho, mucho tiempo aceptarlo
del todo. Ya después de que naciera Nora seguía llamándome siempre en los despertares, y si iba el padre... Teníamos lío. Pero yo no quería dormirle nunca al principio de la noche porque entonces él nunca se
iba a acostumbrar. Con Leo es así, o todo o nada.
Nuestra dinámica pasó a
ser: papá duerme a Leo en su habitación, mamá duerme a Nora en la
de mamá. Leo se despierta y viene con nosotros a “la cama grande”.
¡Normal, los tres durmiendo juntitos y el solo en otra habitación!
En principio ningún problema.
Lo malo es que Nora en
sus despertares despertaba a Leo, luego Leo empezó a despertar a
Nora también porque tenía unas rabietas horribles de noche (a veces
porque yo no quería darle más teta, me pedía muchísima y yo tenía
agitación y estaba desbordada). Además dormíamos todos FATAL. Leo
se despertaba muchísimo, no paraba de agitarse, revolverse, era
evidente que estaba incómodo, muchas veces acababa buscándose un
hueco a los pies de la cama, en horizontal, como un gatito... Una
pena. Así que empezamos a intentar convencerle de que se quedara en
su cama y paralelamente el papá se iba a la cama de Leo cuando Leo
aparecía por la nuestra.
Esto fue después de que
yo empezara a destetarle y él asumiera que la teta de noche se había
acabado, allá por la primavera-verano de 2013.
Y pasó el verano, y el
otoño, y el invierno... (madre mía, ahora me doy cuenta de lo largo
que ha sido este proceso) y Leo empezó a tener muchos terrores
nocturnos, uno o dos por semana. Se despertaba a las 2, 3 o 4 horas
de dormirse. Duraban una media hora. Después se dormía de nuevo
pero se quedaba con el sueño muy agitado. Se venía a la cama
conmigo y el papá se quedaba en la cama de Leo. Cuando no había
terror nocturno era igual: Leo se despertaba, venía a la cama grande
y el papá se iba a la cama de Leo. De dormir solo ni hablar. A veces
tenía pesadillas, ya estando en la cama conmigo.
Pero esto no era
solución. Al final yo estaba con Nora a un lado, con Leo al otro,
los dos con despertares, Leo gimiendo, despertando a Nora, Nora
despertando a Leo, los dos se pegaban a mí, éramos un tetris humano
y la otra mitad de la cama vacía... Un caos. Yo me desesperaba, me
cabreaba, eso no era ni medio normal. ¡Yo no sé cómo otras
familias pueden colechar con más de un hijo!
Nos plantamos ya en
primavera de 2014 y decidimos que no merecía la pena seguir así.
Era evidente que Leo no quería dormir solito y no iba a hacerlo en
breve. Así que el papá “se mudó” a su cuarto. Más o menos
desde mayo duermen juntos. En la habitación de Leo. En una cama de
90.
Desde entonces Leo ya no
se levanta para venir conmigo a la cama grande. Se sigue despertando
una o dos veces, suele pedir agua. Tampoco hay ya terrores nocturnos.
Desaparecieron poco antes del verano. ¿Quizá porque Leo sabía que
cada noche su papá iba a ir a dormir a su camita con él? ¿Quizá porque se
adaptó por fin al cole y el estrés desapareció?
En todo este proceso,
antes de que O. durmiera con Leo, al principio, hubo veces que Leo
durmió del tirón en su camita. Era maravilloso, veíamos el final,
la meta, la madurez en el sueño. Pero no. Creo que a sus casi 4
años, aún queda para eso. Bueno, la idea es comprar una cama nido
para que al menos estén un poco más cómodos los dos.
Mientras tanto, yo sigo
adosada a Nora. Con sus 3 ó 4 despertares y a veces con sus
maratones de teta a partir de las 7 de la mañana.
A día de hoy tengo
varias cosas muy claras:
- Yo duermo a Nora y O.
duerme a Leo. Esta rutina está ya instaurada y aceptada por todos.
Es algo que quise que fuera así desde el principio y me alegro de
haberlo hecho. El enganche de mis hijos con mamá es muy fuerte y si
no lo hubiéramos hecho, aún estaría durmiéndoles yo a los dos.
- Mi hijo no ha tenido
despertares nocturnos por la teta. Mi hijo necesitaba la teta para
volver a conciliar el sueño. Cuando dejó de mamar, durante algunos
meses de mi embarazo, seguía despertándose (aunque más o menos en
ese tiempo empezó a reducir número de despertares, pero eso ha sido
así progresivamente, muy despacito, hasta hoy mismo). Eso sí, en
general creo que los bebés que toman teta a demanda y colechan se
despiertan más. Hablo de bebés a los que no se les ha acostumbrado
a nada, a los que no se les ha aplicado ningún “método para
dormir”. En muchos casos los bebés o niños que duermen del tirón
lo hacen porque sus padres han intervenido de alguna manera:
dejándoles en la cuna sin cogerlos, haciéndoles entender que se
tienen que dormir solitos, cambiándoles de habitación... Es decir,
que se despierten es normal y la relación que se establece entre
ellos y el pecho implica ciertas cosas en algunos casos.
- Por lo tanto, los bebés
y los niños se despiertan por las noches. No hay ningún problema,
no les pasa nada malo, ellos descansan. Somos nosotros los que nos
tenemos que plantear hasta qué punto podemos o queremos respetar sus
ritmos nocturnos.
- Soy muy consciente de que
hemos forzado a Leo en algunas cosas. Sé que el 2013 fue duro para
él. Empezamos echándole de la habitación, dejé de dormirle yo,
nació Nora, destete, deja el pañal, ve al cole... Lo hemos hecho lo
mejor que hemos podido para no hacerle sufrir demasiado, pero había
necesidades nuestras que han sido díficiles de asumir por él.
- Yo estoy cansada de no
dormir del tirón y de que mis hijos me reclamen por la noche. He
empalmado el final de Leo con el principio de Nora, y lo que me
queda... Ni siquiera Leo duerme del tirón, tampoco solo. Pero lo
asumo (lo asumimos) como algo que forma parte de nuestra
ma/paternidad. No cambiaría nada de lo que hemos hecho. ¡En todo
caso cambiaría mi habitación por una más grande, para que
cupiéramos los 4 bien cómodos!
- Al menos con mis hijos,
nada es invariable. Ha habido multitud de fases diferentes y muy
pocas cosas fijas desde el principio. Los dos han dormido muy bien
hasta los 4-5 meses (haciendo bastantes horas del tirón)... ¡y
mirad después! Más ejemplos: Leo no se empezó a dormir con la teta
hasta los 7 u 8 meses. Nora ha tenido una fase hace unos cuantos
meses en la que tardaba casi una hora en dormirse. Ahora suele tardar menos de la mitad. ¡Lo único fijo
desde siempre es que hay despertares!
- El colecho es lo mejor
que he podido hacer. Desde el primer día con los dos. Jamás he
tenido que levantarme de la cama para atender a mis hijos y eso ha
hecho que descansara muchísimo más. El primer año con Leo
ni me enteraba de cuándo se enganchaba y se desenganchaba de la
teta, me dormía yo antes que él.
Como resumen, mi hijo
mayor, de 3 años y 11 meses, no quiere dormir solo y se sigue
despertando una o dos veces, aunque no hace falta “dormirle” de
nuevo, simplemente darle agua o decirle que se duerma otra vez. Para mí eso es prácticamente dormir del tirón. Estamos más "atados" a él por el hecho de que no quiera dormir solo.
Mi hija menor, de 20
meses, se despierta varias veces cada noche y se duerme con la teta.
Ha tenido épocas de desvelos y a veces le cuesta coger el sueño del
todo y pide teta varias veces seguidas en periodos muy cortos de
tiempo. Pero aguanta ya casi 4 horas seguidas al principio de la
noche.
Leo no se duerme solo, su
padre se tumba con él en la cama. Actualmente tarda poco en caer, un
cuarto de hora más o menos. Aún recuerdo cuando yo tardaba una hora
cada noche, en eso Nora es un poco más fácil, desde hace unos meses
tardo más o menos lo mismo que O. con Leo, quizá un poco más, una
media hora como mucho.
A Nora la duermo con la
teta y con canciones y caricias. O. duerme a Leo simplemente estando
tumbado a su lado, pero antes tenía que cantarle hasta que se
dormía.
Es duro a veces, pero es
lo que queremos hacer. No salimos por la noche porque nuestros hijos
nos necesitan para dormir, pero ya saldremos. He estado saliendo más
de 15 años cada finde antes de tener hijos, no pasa nada si estoy
unos pocos años sin hacerlo. Por el día sí podemos dejarlos con
otras personas, por la noche Leo ya es capaz de dormir con sus
abuelos. Parece que no pero todo llega. Va llegando.
¡Llegará!
Feliz maternidad. :-)