Leo el último post de
Marujismo y el de
Mamá sin Complejos. Éste último fue uno de los
primeros que descubrí al empezar en la blogosfera maternal, el de
Diana uno de los últimos grandes descubrimientos.
Los dos me llevan a Leo.
A su esencia, a su forma de ser, a su crecimiento y su evolución.
Siempre he tenido muy
presente el término “Bebé de Alta Demanda”. En su momento
consulté webs, analizaba comportamientos y casi todo me cuadraba.
Después, simplemente, empecé a aceptar a mi hijo (o al menos a
intentarlo). Ahora sé que en gran parte (en casi toda la parte) todo
depende de mí. Que mi hijo es como es, no tiene ningún “fallo”,
no hay que cambiarle, somos los demás los que tenemos que mejorar
para aceptarle y respetarle. Él sólo es desgarradoramente sincero y
auténtico. ¿Alta demanda? Quizá sí, quizá sea simplemente que su
personalidad no encaja, que es diferente, quizá tenga algún
trastorno o de mayor será “el rarito”. Estamos en ello, porque queremos averiguar todo lo posible sobre nuestro hijo, para ayudarle en todo lo que podamos, para que sea todo lo feliz que pueda. Yo utilizo el término
porque en su momento me ayudó a entender y porque es una manera de
ayudarme a ayudarle.
Es muy difícil.
Ahora que va a cumplir
pronto 5 años, me adueño de la reflexión de
Belén y siguiendo la
lista que encuentro en el post de
Diana os cuento cómo ha
evolucionado mi bebé de alta demanda hasta lo que es hoy, un niño
de alta demanda (esto lo tengo
clarinete):
Son intensos en todo
lo que hacen
De bebé no siempre. Era
intenso en lo “negativo”; al llorar, en las rabietas, en su
necesidad de contacto con mamá... Pero era un bebé serio, sus
demostraciones de alegría no eran intensas. Esto ha ido cambiando
con el tiempo. A partir sobretodo de los dos años y medio esa parte
de su personalidad despertó y ahora sí puedo decir que es intenso
en todo, en la alegría y en la tristeza, en la salud y en la
enfermedad... :-D Hasta límites insospechados donde todos perdemos
la paciencia, él el control sobre su propio cuerpo y el final es una
tragedia. Es intenso al hablar, al razonar, al discutir, al jugar...
Todo lo lleva al límite. Pero eso no quiere decir que sea un
valiente aventurero. Es un niño muy prudente, con muchos miedos y
sus momentos de calma. Y no sé cómo explicarlo, pero esos momentos
son también intensos.
Absorbentes
¡Cuántas veces habré
pronunciado esa palabra desde que soy madre! Sí, me absorbe toda la
energía, me come mi espacio vital, me descoloca tanto a veces que
saca lo peor de mí... No hay tregua con él, no juega solo, todo el
rato te demanda atención, “mamá”, “mira mamá”, “oye
mamá”... A veces, cuando se le une su hermanita, creo que me voy a
volver loca.
Desde el mismo día en
que nació fue absorbente... y yo no pude hacer otra cosas que
dejarme absorber, y no me arrepiento de nada. :-)
Maman frecuentemente
Él siempre fue rápido
al alimentarse. No se tiraba horas en la teta, en 10 minutos me
despachaba... Pero pedía mil millones de veces al día. Al año tuvo
un pico muy grande, cuando nació su hermana; a los dos, otro... Leo
ha pedido siempre mucha teta, mucha. Muchísima. Y la utilizaba para
todo. Consuelo, entretenimiento, refugio, escondite...
Son muy demandantes
Es lo que más he usado
para definir a mi hijo. Más que bebé de alta demanda, bebé muy
demandante. Y ahora sigue siendo así. Mucho. No le gusta estar solo,
nos demanda para jugar, para dormir, nos pide ayuda constantemente,
sigue necesitando mucho contacto físico...
Tienen frecuentes
despertares
Eso acabó, ¡menos mal!
Leo se despertaba innumerables veces. Cuatro, cinco, séis, siete...
hasta los dos años y medio o más. Hacia los 3 años ya sólo se
despertaba una vez (aunque ahí llegó la época de los terrores
nocturnos). Y sobre los 4 empezó a dormir del tirón. Eso sí, lo de
dormir solo es muy reciente, hasta hace DÍAS, su padre dormía con
él en la misma habitación. Lo que sí sigue necesitando es que nos
quedemos con él hasta que se duerme.
Suelen estar
insatisfechos
He sufrido mucho pensando
que mi hijo no era feliz. Ahora ya no, sé que lo es porque sus
momentos de alegría son ¡TAN alegres! La intensidad nos salva. ;-)
Pero lloraba por todo, se quejaba por todo... Demandas y más
demandas, continuamente... Lo hemos pasado mal, al verle sufrir tanto
a él en sus rabietas, al verle sin jugar, alejándose de los otros
niños... Ahora es distinto, SÉ que es feliz, se ríe a carcajadas,
sus ojos me lo dicen, disfruta con mil cosas, pero esa insatisfacción
sigue ahí; quizá sea algo de perfeccionismo, pero el caso es que no
se conforma con cualquier cosa. Aquí me da por pensar otra vez que
esto es muy propio de él y sólo de él, que es su personalidad, que
cada bebé y sobretodo niño de alta demanda es diferente y no hay
que caer en las generalizaciones.
Son impredecibles
Bueno, nunca fue un bebé
de rutinas pero a la vez las cosas tenían que ser de una determinada
manera. Sí hay algo de “nunca sabes por dónde va a salir”, y
ahora que es mayor, va madurando y nos sorprende con grandes avances
que no nos esperamos. Y sí, “se le cruza el cable” de repente en
muchas ocasiones. Y suele acabar en berrinche o rabieta.
Hipersensibles
Hipersensibilidad
sensorial manifiesta. Y de la que no es sensorial también, tanto que
a mí se me escapa, estoy en periodo de aprendizaje. Su padre lo
capta mejor, son tal para cual en eso. ;-)
Son muy activos
De bebé no. Rotundamente
no. Otra cosa que me hacía dudar sobre si mi hijo sería un “BAD”.
No era de esos bebés que se te escapan de la manita y echan a
correr. En el fular o en la bandolera era feliz (contacto físico),
empezó a caminar a los 14 meses y a correr y saltar mucho después...
Creo que en parte era porque le daba miedo.
Pero ahora... ahora no
para. No se está quierto. Ni en el sofá viendo la tele. Da saltitos
para expresar alegría o mientras está esperando algo. Corre, se te
tira encima, se frota contigo (hipersensibilidad sensorial). NO SE
ESTÁ QUIETO.
Eso sí, en el cole no.
En el cole... es otro niño (o era, porque a finales del curso pasado
ya empezó a despuntar el auténtico Leo, por lo que nos contó su
profe).
Necesitan contacto
físico día y noche
Pues eso. Era así y lo
sigue siendo. Evidentemente hay avances, ahora duerme solo en su
camita. Pero por el día nos busca. Busca tocarnos, abrazarnos...
No se calman solos
Pero, ¿qué bebé o niño
pequeño se calma solo? El mío no, desde luego. Pero Nora tampoco, y
aunque Nora es muy demandante, no es tan “de libro” como Leo... O
al menos no tan heavy.
Son
sensibles a la separación
De
bebé, una exageración. Ir al baño en casa de alguna amiga era un
drama. Nadie podía cogerle. Tuvo una ansiedad por separación
brutal. El cole fue chungo también, mucho. Muchísimo.
Pero
ahora lo lleva muy muy bien. En esto es en lo que más ha cambiado.
Este verano ha estado con los abuelos en el pueblo dos semanas. Tenía
muchas ganas de vernos ya al final, ¡¡pero allí se lo ha pasado
genial!!
¿Conclusión?
Mi hijo es casi más de alta demanda ahora que de bebé. Ups. ;-) No,
lo que ocurre es que su personalidad va aflorando, se hace más rica,
más compleja, más completa, Leo va madurando y lógicamente nos
encontramos con más situaciones que solventar, con más
características de él que descubrimos, con más “primeras
veces”... Experimenta, juega más, ¡vive más! Y todo esto da pie
a que su carácter se muestre. Además cada vez es menos reacio a
mostrarlo, va venciendo su timidez, sus miedos, ¡se hace mayor! Es
más auténtico y más Leo. Y eso hace que veamos en él más
aspectos de su personalidad: ese perfeccionismo, esa frustración
que es nuestro caballo de batalla también, como decía Belén; sus
enfados, sus grandes rabietas (que sigue teniendo...).
Pero
también vemos su madurez, su aprendizaje en el control de las
emociones, sus razonamientos de niño mayor. Le vemos ceder a veces
en algo, le vemos intentar no estallar. Conversamos con él y él se
abre a nosotros cada vez más.
Es
único y maravilloso. Y sí, es diferente. Lo va a ser toda la vida.
Y nosotros... pues sólo nos queda eso, seguir aprendiendo de él y gracias a él.
:-)